Aquella disputa por ver quién era el más guay de la clase, ha cambiado a una por la que quién no tenga "Me Gustas" en cualquier red social es un pringao, y si no tienes redes sociales ya eres el rarito de la clase. Aquellas peleas con tus amigos en las que tu orgullo era el rey de la batalla han desaparecido, porque ahora el campo de batalla es una pantalla y gana quien más rápido escriba una contestación más larga, sin ni si quiera atrevernos a mirar a esa persona a la cara. La emoción de ver a alguien después de mucho tiempo y decirle cuanto le hemos echado de menos se ha convertido en una foto con unas cuantas palabrejas que suenan más que a rutina y unos cuantos " Me Gusta" bajo ella. Las famosas discusiones de pareja y reconciliaciones película se han quedado atrapadas en esa pequeña pantalla para siempre, ya que ahora nos escondemos detrás de un simple teclado.
¿Pero qué nos está pasando? Ya no sabemos expresar lo que sentimos si no es detrás de una pantalla sea del tamaño que sea, no sabemos tratar con las personas, la cobardía nos está ganando la batalla. Ya no existe la curiosidad, el deseo de saber, de esperar... todo sucede a distancia, sin ser ya capaces de decir las cosas importantes, las que de verdad permanecen en nuestras mentes, no en nuestra tecnología, cara a cara, ¿ acaso se merece alguien tal trato? No somos conscientes de lo cobardes que somos, yo me incluyo, en muchas ocasiones, parece que lo que está empezando a tener obsolescencia programada son nuestros sentimientos de coraje, valor y madurez.
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